jueves, 16 de diciembre de 2010

PREMIO A LA CONCORDIA PARA MUÑOZ MOLINA




El escritor Antonio Muñoz Molina ha sido galardonado con el Premio Concordia 2010, que concede la Fundación Fernando Abril Martorell. Se trata de un prestigioso premio destinado a reconocer pretenden reconocer “la trayectoria de personas o entidades que hayan destacado en la práctica, defensa o difusión de los valores de tolerancia y humanismo o en el impulso del consenso como método para la consolidación de la libertad y de la democracia en España.” A Muñoz Molina, que se ha consolidado en los últimos años como un referente ético de la ciudadanía española, se le ha concedido este XII Premio Abril Martorell como reconocimiento “a la defensa que en sus artículos y crónicas hace de los valores éticos de la Transición política, así como por la imparcialidad con la que el escritor aborda los problemas de la sociedad”, según Europa Press.

Ahora que los sectarismos de nuevo cuño, adobados de arrebatos justicieros o nacionalistas, parecen poner en peligro todo lo que con tanto esfuerzo, tanta generosidad y tanto sacrificio le costó conseguir a la sociedad española (esta democracia sin duda mejorable pero no por ello menos valiosa y defendible) parece oportuno que se premie a gente como Antonio Muñoz Molina, que sigue pensando que el espíritu de concordia, de entendimiento y de encuentro que hizo posible la Transición y la superación de cuarenta años de guerra civil y dictadura, sigue siendo válido para superar la difícil hora que atraviesa nuestro país. Su última novela, La noche de los tiempos, abunda en esa consideración sobre la necesidad de superar prejuicios y visiones sesgadas de la historia, reconociendo cuanto de valioso concurre en nuestro presente y despreciando cualquier pasado, sea cuál sea la ideología bajo la que se esconde, que esté teñido con sangre y odio.

En ediciones anteriores, este Premio ha sido entregado al rey Juan Carlos I, a políticos como Santiago Carrillo, Alfonso Guerra o Jordi Pujol, artistas como Agustín Ibarrola, filósofos como Fernando Savater o entidades como la CEOE, UGT y CC.OO., artífices de los Pactos de La Moncloa.

martes, 14 de diciembre de 2010

14 DE DICIEMBRE: "EL ALMA QUE ANDA EN AMOR"




“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa”, escribe San Juan de la Cruz. Entonces ¿cómo podríamos cansarnos nosotros de leer, de escuchar, de aprender al mejor, al más grande sin duda de los poetas en lengua castellana? Aunque, en Juan de Yepes, lo de poeta es puro accidente, es añadidura y fleco de su entidad mayor de santo, de teólogo, de místico, de filósofo. En su discurso de ingreso en la Real Academia Española, bajo el título de Una hora de España, Azorín dijo nada menos que esto: “Nuestro ideal era tan elevado y legítimo como el ideal de los demás pueblos europeos. Es falso que Descartes sea superior a Santa Teresa y Kant a San Juan de la Cruz”.

Nunca penetraremos lo bastante en la selva de sugerencias ascéticas, místicas, filosóficas, poéticas de San Juan de la Cruz. Es asombrosa la feracidad de su mente. ¡Cómo nos hace falta su doctrina en esta hora confusa! Para este tiempo que abusa de la palabra amor antes de haber usado el amor, ¡cómo viene, como anillo al dedo, la doctrina de amor de Juan de Yepes! Porque el amor no es únicamente un sentimiento: necesita para vertebrarse, de una doctrina. El fraile carmelita, deshoja las rosas de su amor divino en sus poesías. ¿Qué es el Cántico sino una custodia de pétalos, una orfebral fragancia de suspiros, anhelos, adivinaciones, esperanzas, glorias y nostalgias? Esta explosión de fervores, este hervidero de intimidades puestas al fuego, que es el Cántico, se alisa, se encalma en pensamiento cuando Juan de la Cruz comenta palabra a palabra –en finísima exégesis, en un auto análisis– su poema. Sorprende, la mina de amor que el carmelita encuentra en esa especie de manto freático de la “sicología profunda”. Limpias aguas, sin lodo, transparentes. El ilustre Freud ¿ha estudiado alguna vez a San Juan de la Cruz?, ¿se ha inclinado sobre el brocal de su cisterna? Tanto da. Juan de Yepes no es un “ego” que limita al sur con el “ego” y al norte con el “superego”. San Juan de la Cruz es pensamiento empapado de teologales auxilios. Porque el espíritu en exilio “produce” el pensamiento como “contestación”. Dice el santo: “Un pensamiento del hombre vale más que todo el mundo”. Y añade: “Por tanto, sólo Dios es digno de Él”. Maravillosa conclusión. Escribía Valéry: “No conozco a ningún hombre que haya llegado hasta el final”. El reformador carmelita, sí; él sí ha ido, de derivación en derivación, al cabo último; él no se ha detenido; ha seguido hasta las últimas consecuencias. Buscando al amor con la verdad y a la verdad con el amor, se nos muestra como el alpinista de Dios en su Subida al Monte Carmelo. Despegando de la mundanidad que le estorba, es el genuino nauta que, arrojando lastre, encuentra en la Noche Oscura el auténtico medio divino que otorga a su alma la plena “disponibilidad”, la oquedad para la Gracia (¡Ah, la Gracia! Pegúy pensaba que la Gracia es la esencial juventud del hombre que, por naturaleza, decrece. Recrece la Gracia al hombre que, abandonado a sí mismo, se arruga en vejez, en costumbre, en rutina, en “cosa”). Y la fatiga ascética del ascenso, la oscuridad de la renuncia, se compensa en Juan de la Cruz con la luz de la Llama. Llama viva de amor que es llaga y cauterio.

He aquí la técnica que nos brinda el santo carmelita para una época que carece de amor y parlotea incansablemente de esos efectos del amor que son la libertad, la comprensión, la tolerancia, la fraternidad y la igualdad. Porque queremos los efectos, despreciando la causa. Y preconizamos amores que no pasan por Dios o le rodean en circunvalación artificiosa. ¿Por qué? El Doctor Extático sabe que al “atardecer nos examinarán en el amor”. Entonces ya su vida es una porfía incansable: “ Ni ya busco ganado, ni ya tengo otro oficio, que ya sólo en amor es mi ejercicio”, escribe en una estrofa sutilísima. Para remachar en prosa: “Donde no haya amor, pon amor y hallarás amor”. Y continuar: “¡Oh, dulcísimo amor de Dios mal conocido!, el que halló sus venas descansó...”

¡Hallar la vena del amor divino! Qué difícil se está poniendo, cuando buscamos la fe por caminos que no son los que Dios prepara. Pascal, escribía conmovedoramente: “Ponte de rodillas para que te entre la fe”. Pero, ¿quién pide hoy la fe de rodillas? Falta fe para la fe, y ustedes dispensen la perogrullada. Era el mismo Pascal quien escribía genialmente: “Dios está suficientemente desvelado en las Escrituras para que los que le busquen verdaderamente le encuentren. Y está lo suficientemente oculto para que los que no lo buscan con todo su corazón no lo encuentren”.

Buscar, buscar, porfiar, anhelar. Es el trabajo de la fe. Nuestro poeta santo lo ha dicho mejor que nadie: “Buscando mis amores / iré por esos campos y riberas / ni cogeré las flores / ni temeré a las fieras / y pasaré los fuertes y fronteras”.

Pero mil cristianos hay ya pululantes por ahí que no quieren saber nada de la mística. Que a la hora de adoptar una espiritualidad se contentan con el remedo del “medio divino” de Teilhard de Chardin (donde, como escribe Camón Aznar, “confluyen poéticas invocaciones y cursis logomaquias” en un “libro de alto lirismo y de vulgar sociología”) Mil cristianos que se quedan sin saber a este filósofo canonizado que Azorín no retiraría si hubiera que parangonarle –ya hemos reproducido sus palabras– con Kant o Descartes. Mil cristianos que no han paladeado jamás sus estrofas, que no se han puesto nunca a practicar, para el advenimiento del amor, la “técnica” del cantor de la “soledad sonora” y de la “música callada”...

Pero Juan de la Cruz es la invitación que no cesa. Quiere persuadirnos. Pide que hagamos “noche”, que apaguemos frivolidades, que la soledad no sea desierto sino campo fértil para la sonoridad de lo trascendente; que callen los ruidos y hagan sitio a la música honda e intrépida de los últimos fondos: música que traspasa los sonidos, que los calla, para transfigurarlos en ascuas del espíritu y así encandilar, así gritar “A las aves ligeras / leones, ciervos, gamos saltadores / montes, valles, riberas, / aguas, aires, ardores, / y miedos de las noches veladores”.

¡Si acudiésemos a su invitación! Pero su invitación es dura; “Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada”. Muchas exigencias en un tiempo para el que queremos a toda costa el abaratamiento de Dios.

JUAN PASQUAU. 14 de diciembre de 1972

martes, 23 de noviembre de 2010

PREMIO "ALFREDO CAZABÁN": EL JUAN PASQUAU DE ADELA TARIFA




Adela Tarifa Fernández (Cádiar, Granada, 1949) es Catedrática de Secundaria de Geografía e Historia, y desempeña su labor docente en el I.E.S. “San Juan de la Cruz” de Úbeda, ciudad a la que ha dedicado gran parte de su vasta labor investigadora. Es, igualmente, Consejera y actual Vice-Directora del Instituto de Estudios Giennenses y una de las historiadoras más prestigiosas de la provincia, condición ésta avalada por sus muchas publicaciones –de libros y artículos–. Todo esto la ha llevado a ser Académica correspondiente por Jaén de la Real Academia de la Historia, y es miembro de las reales academias de Ciencias, Bellas Artes y Nobles Letras de Córdoba, de la de Bellas Artes de San Telmo de Málaga y de la Alfonso X de Múrcia.


A su larga nómina de premios y reconocimientos, Adela Tarifa tiene que sumar ahora el Premio “Alfredo Cazabán” 2010, que le ha concedido la Diputación Provincial de Jaén por su importantísimo trabajo de investigación sobre la persona, la obra y la figura de Juan Pasquau. Durante bastante tiempo, Adela Tarifa ha investigado el archivo familiar y personal de Juan Pasquau, hasta reconstruir la trayectoria histórica de esta familia llegada a Úbeda del sur de Francia en el siglo XVIII, que daría a la historia ubetense algunos de los nombres más destacado y recordados por su humanidad de la política decimonónica y del primer tercio del siglo XX, para ahondar, de manera muy destacada, en la figura de Juan Pasquau, que es uno de los grandes intelectuales del siglo XX en Jaén.


Es de suponer que la publicación de este estudio sobre Juan Pasquau, premiado por la Diputación por “su originalidad y calidad”, sirva, de una vez, para que el conjunto de la provincia de Jaén, en general, y Úbeda, en particular, asuman la relevancia y la vigencia de los escritos y el pensamiento de Juan Pasquau, iniciándose así una recuperación de su obra que se traduzca en las necesarias publicaciones de la misma.

jueves, 18 de noviembre de 2010

MUÑOZ MOLINA Y LA EDUCACIÓN




En el último número de la revista MERCURIO, editada por la Fundación José Manuel de Lara, se ha publicado un magnífico artículo de nuestro paisano Antonio Muñoz Molina. Dedicado este número a la educación en España, Muñoz Molina dice con la valentía, la sensatez y el espíritu cívico que le caracteriza cosas que muy pocas personas se atreven a decir en nuestro país y que, desgraciadamente, menos aún están dispuestas a oír.

Por su interés, os animamos a que leáis y difundáis este artículo a través de redes sociales, blogs y foros. Podéis leerlo pinchando directamente aquí: ARTÍCULO DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA.

Igualmente os informamos de que estamos realizando las gestiones para poder recibir un número “apañado” de ejemplares de esta revista, muy interesante para los amantes de los libros, que se reparte gratuitamente la primera semana de cada mes. El objetivo es que los lectores que estén interesados puedan retirarla en la Biblioteca Municipal.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

EL OTOÑO SE ACERCA




El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.


Y lo perdimos para siempre.

ÁNGEL GONZÁLEZ

jueves, 14 de octubre de 2010

ELVIRA LINDO EN ÚBEDA




Mañana viernes 15 de octubre, a las 20:30 horas y en el Auditorio del Hospital de Santiago, la escritora Elvira Lindo presentará ante la ciudadanía ubetense su nueva novela, Lo que me queda por vivir, que ha sido editada por Seix Barral y que salió a la venta el pasado día 3 de septiembre. Los críticos la han catalogado como su obra más personal, como su mejor novela, como el libro que la consagra definitivamente como una gran escritora. En ella, abandona los registros que mayoritariamente había utilizado hasta ahora, basados en un magistral dominio del humor y de la ironía (como testimonia su serie sobre Manolito Gafotas), y se adentra en el camino de la sentimentalidad y la ternura de la mano de una joven periodista que en los años ochenta tiene que criar sola a su hijo Gabi, de cuatro años.

La madrileña Elvira Lindo, que nació en Cádiz el 23 de enero de 1962, ha trabajado como periodista y realizado guiones para series de televisión y películas. Autora de multitud de libros y cuentos y de obras de teatro, sus artículos en El País se han convertido en un referente fundamental del periodismo contemporáneo. Lo que me queda por vivir es la cuarta novela que publica la escritora, después de obras como Algo más inesperado que la muerte o Una palabra tuya.

Como se ha dicho, el importante acto cultural de mañana comenzará a las 20:30 horas. Organizado por la Asociación Cultural Ubetense “Alfredo Cazabán Laguna”, tomará la palabra el Presidente de la misma, D. Juan Ramón Martínez Elvira, para cederla seguidamente al escritor ubetense Antonio Muñoz Molina, que se encargará de presentar la novela de su esposa. Dada la talla intelectual y humana de los dos escritores, así como el esmero y cuidado con el que la Asociación prepara sus actos públicos, es de esperar que la cita cultural del vienes 15 de octubre deje en los asistentes un sabor de boca tan exquisito como el que dejó la presencia del propio Muñoz Molina el pasado mes de diciembre.

Tras la presentación, la escritora dedicará a sus lectores los ejemplares de su nuevo libro.

lunes, 5 de julio de 2010

CONFERENCIA DE JOSÉ MANUEL ALMANSA



El Ciclo de Conferencias sobre el Patrimonio Histórico llega hoy a su fin, con una conferencia que debió celebrarse el martes pasado pero que –fútbol obliga– se trasladó a hoy para garantizar que en ella estuviese presente alguien más que el ponente. Éste, será José Manuel Almansa Moreno, Doctor en Historia del Arte y profesor de la Universidad de Jaén, que destaca como uno de los más jóvenes y sólidos valores investigadores de Úbeda, que desarrolla una fecunda y sólida carrera investigadora y que es autor de varios libros, entre los que cabe destacar su extraordinaria y exhaustiva guía dedicada a Úbeda y Baeza. Igualmente son destacables sus artículos divulgativos sobre los más variopintos asuntos relacionados con el patrimonio histórico ubetense, en los que conjuga amenidad y conocimiento.

Estamos convencidos de la amenidad y la erudición estarán presentes esta tarde en su conferencia, que versará sobre el patrimonio ubetense del siglo XIX, tan desconocido y tan maltratado. Broche de oro, pues, a un ciclo fecundo en reflexiones y aportaciones y críticas sobre el patrimonio monumental ubetense. Esperemos que en años próximos se mantenga y se acreciente este Ciclo de Conferencias, manteniendo esos mimbres de erudición, divulgación y crítica. La pena es que el número de asistentes no haya sido tan grande como sería de esperar; aún así, hay que felicitar a ese puñado de ubetenses amantes de su pueblo que han resistido los cantos de sirena del fútbol y de los ministros y han podido disfrutar con toda y cada una de las conferencias que integraban el Ciclo.

viernes, 2 de julio de 2010

MIGUEL PASQUAU HABLA DE JUAN PASQUAU



Continuando con el Ciclo de Conferencias sobre el Patrimonio Histórico, organizadas por el Área de Festejos del Excmo. Ayuntamiento de Úbeda como una de las actividades que conmemoran el VII Aniversario de la Declaración como Patrimonio de la Humanidad de la Pza. Vázquez de Molina, para esta tarde de viernes se ha programado una conferencia que versará sobre Juan Pasquau.

La construcción de Úbeda por Juan Pasquau es el título elegido por el conferenciante, Miguel Pasquau Liaño, Doctor en Derecho, Profesor de la Universidad de Granada, Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía... e hijo de Juan Pasquau.

La solvencia intelectual, literaria y jurídica de Miguel Pasquau está sobradamente acreditada. Eso convierte la reflexión que esta tarde vaya a realizar sobre la figura y la obra de su padre (uno de los más grandes ubetenses de todos los tiempos) en una cita ineludible para los amantes de la obra de Juan Pasquau, en particular, y para los amantes de Úbeda, en general. No en vano, la figura y la obra de Juan Pasquau pueden entenderse como una avanzadilla histórica en la reivindicación de la valía ingente del legado histórico ubetense o como un precursor de la difusión internacional de los valores propios de nuestros palacios, nuestros templos, nuestras casonas y nuestras calles antiguas. Pero además de eso, la obra de Juan Pasquau, desglosada en decenas y decenas de artículos dedicados a su ciudad natal y sintetizada en esa obra cumbre que es la Biografía de Úbeda, fija un canon moral para entender y comprender a Úbeda. Hay muchas maneras de aproximarse a Úbeda, pero hasta ahora la construcción que Juan Pasquau hace de la misma es la más “certera”, la más completa y, desde luego, la más sólida y coherente, por su manifiesta capacidad para integrar y vertebrar los mil prismas que componen ese grupo humano histórico llamado Úbeda.

Con todos estos mimbres, nos atrevemos a pensar que la de esta tarde es una conferencia que, más que reflexionar sobre el patrimonio histórico, lo que hará será mostrarnos como Juan Pasquau hiló muy fino, con infinita delicadeza, un discurso esencial sobre el metapatrimonio. Que es, sin duda, lo primero y más importante, porque conforma y da sentido a la mera agregación de piedras bellas que son los monumentos.

jueves, 1 de julio de 2010

DE SANTA MARÍA A LA ALHAMBRA



Tal y como anunciábamos, ofreció ayer Antonio Almagro su clarividente y valiente (y, también, con un poco de “malafollá”) conferencia sobre la intervención padecida por Santa María desde que la Junta de Andalucía se hiciera cargo del templo en 1986. Acompañada por fotografías que ponen en evidencia la magnitud del atentado contra el patrimonio perpetrado en Santa María, de las palabras de Almagro podemos concluir que si bien el daño causado en la Colegiata es incalculable, hay todavía pequeñas acciones que pueden devolverle parte de su aspecto histórico y de su potencial sentimental y evocador; así, el enlucido y blanqueado de muros y paramentos, el cambio de las horribles vidrieras, la posibilidad de dotar al claustro de la reja del siglo XIX y de elementos verdes que le devuelvan parte de su perdida personalidad, la RESTAURACIÓN de retablos, altares, rejas y cuadros masivamente dañados por unas obras que han despreciado sistemáticamente el patrimonio mueble del templo... Por desgracia, nos tememos que las palabras de Antonio Almagro caerán otra vez en saco roto: si alguna vez hubiesen sido escuchadas, no habría que lamentar ahora tamaño desastre.

Lo acontecido con Santa María contrasta con el mimo desplegado por todas las partes implicadas en el cuidado de esos lugares realmente maravillosos que son la Alhambra y el Generalife de Granada. Hoy, a las 20:00 horas y en el Hospital de Santiago, María del Mar Villafranca disertará sobre el modelo de gestión seguido con este monumento, uno de los más bellos del mundo, sin duda, y el más visitado de España.

Mar Villafranca es Directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife desde 2004. Llegó a ese puesto tras haber desarrollado una brillante trayectoria profesional. Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Granada, es investigadora y especialista en Patrimonio Histórico, tema sobre el que ha publicado decenas de libros y artículos a nivel nacional e internacional. Profesora de distintos Máster relacionados con esta materia, ha sido Directora General de Instituciones del Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, Presidenta de la Comisión Andaluza de Archivos y Patrimonio Bibliográfico y Documental, Presidenta de la Comisión Andaluza de Museos y Vicepresidenta de la Fundación Museo Picasso de Málaga.

La solidez de su formación y de su trayectoria, y la impecable gestión desarrollada para con los sitios de la Alhambra y del Generalife, convierten la conferencia de Mar Villafranca en una cita ineludible para los ubetenses amantes del patrimonio histórico y artístico de su ciudad. No obstante, advertimos que corren el riesgo de morir de un ataque de rabia o de celos, cuando constaten las diferencias abismales que hay entre el cuidado con que se trata a la Alhambra, la capacidad para integrar la conservación del monumento y las masivas visitas y el respeto por sus valores intrínsecos, y el continuo vapuleo al que es sometido el conjunto del patrimonio ubetense, cada día más maltratado y olvidado.

Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda dista, más o menos, 150 kilómetros de la Alhambra y del Generalife. Pero en realidad están separadas por años luz de sensibilidad y de respeto.

miércoles, 30 de junio de 2010

HOY, CONFERENCIA SOBRE SANTA MARÍA



A las 8 de la tarde de hoy, y en la Sala “Julio Corzo” del Hospital de Santiago, tendrá lugar la conferencia CERA PARA SANTA MARÍA de Antonio Almagro García.

Antonio Almagro es Doctor en Historia del Arte, ha sido Gerente de la SA.FA. de Úbeda y es Profesor de la Escuela de Magisterio de Úbeda, sin olvidar que sus estudios sobre Santa María de los Reales Alcázares lo convierten en el máximo experto sobre el sufrido templo ubetense. Su conocimiento de la realidad histórica y artística de la antigua Colegiata, le ha llevado a mantener una postura radicalmente contraria al proceso de intervención seguido en la misma, que ha generado la desaparición no ya sólo de importantes elementos arqueológicos u ornamentales de Santa María sino el propio aspecto interior que la iglesia tenía antes de la demoledora intervención de Isicio Ruiz y de la posterior reinvención general planeada y desarrollada por Enrique Venegas. La voz de Antonio Almagro fue, al principio, la voz que clamaba en el desierto, pero hoy en día su mensaje de denuncia contra lo realizado en Santa María comienza a cuajar en los sectores más sensibles de la sociedad ubetense, que asisten con un último estupor a la masiva colocación de focos a lo largo y ancho de Santa María.

La coherencia personal de Antonio Almagro en su valiente acción cívica de denuncia de los atentados padecidos por el patrimonio ubetense, convierten la conferencia de esta tarde en uno de los platos fuertes del Ciclo de Conferencias sobre el Patrimonio Histórico organizadas con motivo del aniversario de la inclusión de la Plaza Vázquez de Molina (en la que, curiosamente, se asienta Santa María) en la Lista del Patrimonio Mundial. En cualquier caso, les recomendamos que no se la pierdan: porque posiblemente la cultura es, antes que nada, este gesto de rebelión civil en defensa de la herencia de nuestros mayores y contra los desaguisados cometidos por el poder autonómico con las bendiciones episcopales, aquí sí.

lunes, 21 de junio de 2010

PALABRA DE SARAMAGO




«Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran.»

«No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la Historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen los unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona.»

«Estoy comprometido, o sea, vivo, en un mundo que es un desastre. Mi empeño es no separar al escritor de la persona que soy. Me esfuerzo, en la medida de mis posibilidades, en tratar de entender y explicar el mundo.»

«Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir.»

«Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura. Se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río. Si están allí es para que podamos llegar al otro margen, el otro margen es lo que importa.»

«Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay.»

«Los escritores viven de la infelicidad del mundo.»

«La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva».

«Estamos neuróticos. No sólo hay desigualdad en la distribución de la riqueza, sino en la satisfacción de las necesidades básicas. No nos orientamos por un sentido de la racionalidad mínima. La Tierra está rodeada de miles de satélites, podemos tener en casa cien canales de televisión, pero de qué nos sirve eso en este mundo donde mueren tantos. Es una neurosis colectiva, la gente ya no sabe lo que le conviene para su felicidad.»

«El hombre más sabio que conocí no sabía leer ni escribir. Era mi abuelo materno y, aunque analfabeto, era un sabio en su relación con el mundo. Era pastor y había armonía en cada palabra que pronunciaba. Era una pieza en el mundo. No era apático, ni resignado. Era un ser humano directamente conectado con la naturaleza, como los árboles de su huerto, de los cuales se despidió cuando tuvo que viajar a Lisboa. Les abrazó y se despidió de ellos, de su naturaleza, porque sabía que se iba a Lisboa a morir.»

«No me preocupa la muerte, me disolveré en la nada.»

«Nuestra única defensa contra la muerte es el amor.»
«El tiempo es un maestro de ceremonias que siempre acaba poniéndonos en el lugar que nos compete. Vamos avanzando, parando y retrocediendo según sus órdenes. Nuestro error es imaginar que podemos buscarle las vueltas.»

«No se trata sólo de instruir, sino de educar. Y, desde dentro, repercutir en la sociedad. Aprendizaje de la ciudadanía, eso es lo que creo sinceramente que falta. Porque, queramos o no, la democracia está enferma, gravemente enferma, y no es que yo lo diga, basta mirar el mundo...»

«Llevamos siglos preguntándonos los unos a los otros para qué sirve la literatura y el hecho de que no exista respuesta no desanimará a los futuros preguntadores. No hay respuesta posible. O las hay infinitas: la literatura sirve para entrar en una librería y sentarse en casa, por ejemplo. O para ayudar a pensar. O para nada. ¿Por qué ese sentido utilitario de las cosas? Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada. Un tenedor tiene una función. La literatura no tiene una función. Aunque pueda consolar a una persona. Aunque te pueda hacer reír. Para empeorar la literatura basta con que se deje de respetar el idioma. Por ahí se empieza y por ahí se acaba.»

jueves, 10 de junio de 2010

1978. MUERE JUAN PASQUAU



Pasquau es uno de los más grandes escritores de Jaén

EL HOMBRE Y SUS CIRCUNSTANCIAS.

El 10 de junio de 1978 –el jueves próximo hará treinta y dos años– moría en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid un hombre llamado Juan Pasquau Guerrero. Había nacido en Úbeda, en una casona familiar de la Calle Trinidad, el 21 de abril de 1918. Su padre fue Alcalde de Úbeda. Su abuelo –Antonio Pasquau y González de Castañeda– fue también Alcalde de Úbeda, aquel mítico alcalde que en las epidemias de cólera del siglo XIX vendió todos sus bienes para darle de comer a los hambrientos. (El mismo fue concejal del Ayuntamiento de Úbeda.) Se casó, mediada la década de los 50, con Rosa Liaño, una joven de La Coruña. Tuvieron tres hijos –Juan, Curro y Miguel–, no llegó a conocer a sus nietos. Maestro por vocación, ejerció como tal en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia –honda huella dejó la obra del Padre Villoslada en Juan Pasquau– durante décadas, y luego como director del Colegio de “Las Explanadas”, y también enseñó en la Escuela de Artes y Oficios, todo en Úbeda: quienes fueron sus alumnos aún recuerdan su bondad, su exquisito trato, su sencilla sabiduría. Desde muy joven colaboró con la prensa, escribiendo artículos en “Jaén”, IDEAL de Granada y ABC, muchos de ellos verdaderas joyas literarias, densísimos de lírica y hondísimos de pensamiento (en su tarea periodística, asumió la tarea que a comienzos del siglo XX emprendieran Ortega y Unamuno de llevar la filosofía a la calle). Fundó y dirigió la Revista “Vbeda”, la empresa cultural más importante del siglo XX en Úbeda. En 1958 publicó su monumental “Biografía de Úbeda”. Bibliotecario Municipal hasta su muerte. Elemento fundamental en la creación y desarrollo del Instituto de Estudios Giennenses, del Instituto de Estudios Sanjuanistas, del Centro de Iniciativas Turísticas de Úbeda. Hermano de Jesús desde el 1 de abril de 1941, Alférez de la cofradía morada desde 1948 hasta el último Viernes Santo de su vida, unas semanas antes de morir, cuando, al llegar al Hospital de Santiago, le cedió el legendario Pendón de Jesús a su hijo Miguel y él se retiró a su casa, agotado, vestido con la túnica con la que se adentraría en las alamedas de lo eterno. Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Cronista Oficial de Úbeda desde 1967. Hijo Predilecto de Úbeda desde 1968. Cruz de Alfonso X “El Sabio” en 1977, como reconocimiento a su labor educativa.

EL HOMBRE JUAN PASQUAU.

He ahí los datos de una vida. Los datos, tan fríos, tan objetivos, tan monótonos. Pero, ¿se agota Juan Pasquau en los datos? ¿Puede agotarse la dimensión, la figura, de Juan Pasquau en esa sucesión de datos, de tareas, de títulos, de méritos? No, no es posible, porque Juan Pasquau es más que un cúmulo de circunstancias y más que un dato: Juan Pasquau es un hombre, nada más y nada menos.. Un hombre entero. Complejo. Y el hombre... ¿puede agotarse en las frases hechas, puede definirse diciendo que es uno de los más grandes escritores giennenses de toda la historia, uno de los más grandes articulistas españoles del siglo XX, el ubetense más importante de los dos últimos siglos? ¿Puede el hombre Juan Pasquau acotarse con el recuento de su obra y de su legado? Ah, resulta imposible conocer así a Juan Pasquau; ni a él ni a ningún otro hombre con tanta densidad vital. Tan imposible, claro, como intentar descifrar y describir a la persona –a la persona, eh, no al personaje: los personajes siempre pueden despacharse en un artículo de periódico– en estas líneas. Porque detrás de todos esos datos, Juan Pasquau ocultaba una personalidad no arrolladora, pero sí conquistadora: para los que no lo conocimos es fácil recomponer a aquel hombre llamado Juan Pasquau, que no debió deslumbrar como un fogonazo pero que dejó una estela de luz que muy difícilmente podrá apagarse. “Juan Pasquau fue alguien que agotó y consumió su vida en ser persona, que vivió y se desvivió para serlo, porque tuvo la vocación y el genio de la vida personal”, ha escrito magistralmente Rafael Bellón. Tal vez por eso, por esa pasión de vivir a manos llenas –que es algo muy distinto a nuestro contemporáneo “vivir la vida”, tan huero–, Juanito Pasquau estaba menos atento a otras cosas, las menos importantes, y tal vez de ahí venga su proverbial despiste... como si la condición de despistado fuese casi inherente a las almas hondas y atentas a lo esencial.

El jueves, día 10, hará treinta años que se lo llevó, en un hospital madrileño, la púrpura trombocitopénica trombótica. Nuestros padres, nuestros abuelos, recuerdan –a buen seguro– el entierro de aquel hombre grande, verdaderamente multitudinario, recuerdan como sonaban los compases del “Miserere” y del Himno Nacional al paso del ataúd, el cortejo, las coronas... La pompa vana con la que disfrazamos la muerte de los hombres. Juan Pasquau estaba convencido de que resucitaría: no lo hemos dicho en la enumeración del primer párrafo, porque todo lo que ahí allí son circunstancias, pero Juan Pasquau Guerrero fue, sobre todo, un cristiano, y eso era para él una categoría, una sustancia íntima y personalísima. Sin todo lo demás, puede entenderse al hombre Pasquau, pero sin esa condición de creyente se nos desarma y se nos desdibuja su perfil vital. Socarrón, tierno, bueno, debía sonreír –o sonllorar– viendo su entierro, propio de hombre grande, como debe sonreír ahora –o reírse a carcajadas– al leer este artículo; preguntará porqué este recuerdo dirigido a un hombre muerto cuando él está vivo, resucitado en su fe para los que creen y, para todos, permanentemente aleteando en sus escritos.

REIVINDICACIÓN DE PASQUAU.

Urge volver a personas como Juan Pasquau, tan necesarias en estos tiempos donde todas las brújulas parecen machacadas por la rabia y la desorientación. Urge, claro, volver a tantos artículos maravillosos de Juan Pasquau: a esos artículos en los que describe con pasión serena a su Úbeda del alma, pero también a tantos pueblos de nuestra geografía –¡qué sorprendente capacidad la de Pasquau para desvelar lo oculto de Baeza, de Andujar, de Linares, de Cazorla, de Quesada, de Ibros...!–; a esos artículos en los que reflexiona sobre Dios y el hombre y sobre la política y sobre la sociedad y sobre las crisis y sobre la misma condición de la existencia, con una sensibilidad y una profundidad tal que no hay artículo suyo que no siga siendo válido, treinta años después de su muerte, para hacernos reflexionar y repensar nuestra condición de hombres postmodernos. Clarividencia del pensador sereno, intemporal por estar plenamente inmerso en las coordenadas históricas del tiempo. Y todo ello, con la virtud insuperable de que Juan Pasquau –hombre de creencias firmes– no impone sino que abre en cada una de sus páginas un diálogo con el lector.

Esa necesidad de Juan Pasquau, tres décadas después de su muerte, sólo es posible abordando sus escritos. Pero ocurre que las instituciones que debieran haber velado para que su obra escrita –el Ayuntamiento de Úbeda, el Instituto de Estudios Giennenses– se hubiera ido recopilando, se hubiera ido publicando, se hubiera puesto en manos del gran público, se han olvidado de Juan Pasquau. Para nosotros, Juan Pasquau es un hombre y su obra una referencia; para las instituciones, Juan Pasquau es una anécdota, un nombre. Tal vez, incluso, un estorbo, demasiado políticamente incorrecto. ¿Por qué no se ha hecho? ¿Estorba el pensamiento, estorba la independencia de Juan Pasquau? Si así fuera, treinta años después de que muriese, esa incomodidad causada al poder sólo haría reafirmar su urgencia, su necesidad. La exigencia de restaurar a Juan Pasquau.

(Manuel Madrid Delgado)

(Publicado en IDEAL el 6 de junio de 2010)

miércoles, 9 de junio de 2010

Estatuas y Monumentos. JUAN PASQUAU


La Cofradía de Jesús fue la impulsora del monumento

EL MONUMENTO ESCONDIDO.

Cuanto más debe una ciudad, un pueblo, a un hombre, más escándalo –escándalo moral– causa que la estatua con la que un día se decidió homenajear a ese hombre dormite olvidada, abandonada, en cualquier rincón, sin cuidado y casi escondida, como si avergonzase mostrarla en un lugar digno, en una encrucijada hecha para las vidas y las gentes. Eso ocurre, en Úbeda, con el monumento de Juan Pasquau. Monumento, cierto es, casi venido a menos, en el que destaca el espléndido busto –algo más que un busto, dijo Juan Luis Vasallo, su autor, pues tiene los dos brazos completos– del gran escritor; monumento al que le falta el complemento que aclimate la imagen en bronce de Pasquau, pues poco digna parece esa base sobre la que descansa y que se nos figura realizada por puro compromiso, porque en algún sitio tenía que situarse el busto. Si cuando salió adelante la iniciativa de realizar este homenaje a Juan Pasquau –iniciativa privada, muy tímidamente, pero muy tímidamente, impulsada por el Ayuntamiento– no hubo disposición económica para completar el monumento, ¿por qué no ahora, de una vez por todas, se acomete esta empresa y se le busca un lugar digno y visible a Juan Pasquau y se diseña un monumento que haga que su busto deje de estar expuesto sobre esa especie de bandeja pétrea?...

A la izquierda del patio central del Hospital de Santiago hay un patio más pequeño, macizo: el Patio de la Virgen, posiblemente llamado así porque una imagen mariana debió coronar la base de piedra que aún hay en el centro del mismo. Debajo de las arcadas de piedra, junto a la puerta que da acceso a la Biblioteca Pública que lleva su nombre, está situado el pedestal de piedra que sostiene el busto de Juan Pasquau. Aparcado allí, como si cualquier cosa, como si ese hombre eternizado por Vasallo en el bronce –la mano derecha acariciando la cara, en gesto pensativo, en gesto propio de un hombre hecho de meditaciones y silencios; la mano izquierda pasando las páginas de un libro–, no fuese el hombre que desveló la poesía oculta de Úbeda, y que construyó una Úbeda sin la cual no puede entenderse la realidad de la ciudad de los Cerros, porque desde Juan Pasquau, para entender a Úbeda hay que dialogar con la Úbeda de Juan Pasquau. Como si ese hombre no hubiese sido uno de los más grandes articulistas del siglo XX español. Como si ese hombre no fuera uno de los pensadores más finos y elegantes de la Guerra Civil para acá. Como si no fuese una personalidad ineludible en la realidad cultural del Jaén de los últimos cien años. Como si...

LA TAREA DE LA SOCIEDAD CIVIL.

Cuando Juan Pasquau moría –el 10 de junio de 1978– era Hermano Mayor de la Cofradía de Jesús Nazareno Andrés Carlos Martínez de las Peñas. Él y la Junta Directiva que presidía, y de la que era Vocal Juan Pasquau –el alférez de la Cofradía que orgulloso portaba el ancestral Pendón en el amanecer del Viernes Santo–, entendieron muy pronto que era necesario que Úbeda regalase un monumento a la memoria de Juan Pasquau. No era suficiente con que una calle, un colegio público o su Biblioteca Municipal ya hubiesen sido bautizadas con su nombre: gestos, esos, al fin y al cabo fáciles, que no requieren esfuerzos ni desvelos ni sacrificios, gestos para los que basta con un simple acuerdo municipal que no tiene más costo que el de los folios en que se escriben.

Libros de actas, polvorientos libros de cuentas, documentos, partituras, escrituras... carpetas azules cerradas con gomas y con etiquetas que identifican su contenido... El Archivo de la Cofradía de Jesús es una fuente inagotable para la curiosidad de los historiadores, alimentada por más de cuatro siglos de historia. En ese Archivo hay tres carpetas azules, mimadas por el entonces Secretario de la Cofradía –Antonio Vico, el gran amigo, el amigo del alma de Juan Pasquau–, que contienen toda la documentación relativa al monumento de Pasquau. Es curioso que esta documentación no se custodie en el Archivo Municipal, pero es que como hemos dicho el Ayuntamiento fue un simple convidado de piedra en este proyecto. Y es que el reconocimiento a Juan Pasquau nació de la sociedad civil, en uno de los últimos gestos de arrojo cívico que la siempre adormecida sociedad ubetense ha tenido.

Así, el 27 de enero de 1981 se reúne en la Sala de Profesores de la Escuela de Artes y Oficios la Comisión Pro-Monumento. La preside el Hermano Mayor de la Cofradía de Jesús, y asisten el pintor Domingo Molina (director de la Escuela), Eusebio Campos (director del Colegio Público que entonces todavía se denominaba “Francisco Franco” –hoy “Sebastián de Córdoba”–, del que Pasquau fue director), Diego Rodríguez Valdivia (director de SA.FA.), Natalio Rivas Sabater (Presidente del Centro de Iniciativas Turísticas de Úbeda), Joaquín López Sáez (delegado de la Asociación de Medios Informativos de Úbeda), José Dueñas Molina (en representación de la Asociación Cultural “Adelpha”), Pedro Nieto (en representación de la revista “Gavellar”), Juan Ramón Martínez Elvira (Consejero Local de Bellas Artes), Ramón Molina Navarrete (director de “Ibiut”) y el concejal Felipe Fernández Ordóñez. En esta primera reunión, los representantes de la sociedad civil acordaron tirar para adelante con el monumento de Juan Pasquau, encargando su realización a Juan Luis Vasallo, uno de los más grandes escultores del siglo XX. La empresa, era ambiciosa, pero todos eran conscientes de que Pasquau no merecía menos. Y se decide pedir al Ayuntamiento que el monumento se instale en el Rastro, debajo de la muralla, junto al torreón de la Santísima Trinidad.

ÚBEDA POR PASQUAU.

El 27 de octubre vuelve a reunirse la Comisión, a la que se habían adherido Bernardo López Aparicio (director de FP en SA.FA.), Alberto Coronado (aparejador municipal), José Fuentes Miranda (de la Asociación Cultural “Aznaitín”), Antonio del Castillo (amigo de Pasquau y bibliotecario municipal), y Antonio García Soria y Antonio Vico Hidalgo, destacados hermanos de la Cofradía de Jesús –alma mater del proyecto–, que actuarían respectivamente como Tesorero y Secretario de la Comisión. Ese día, Juan Luis Vasallo presenta su proyecto de busto, que resulta del agrado de todos. Y la Comisión se lanza a la tarea de recaudar fondos para poder sufragar el coste del monumento.

El 20 de octubre de 1983 vuelve a reunirse la Comisión, y a la misma asiste el nuevo Alcalde de Úbeda, Arsenio Moreno Mendoza, que propone que el monumento se ubique no en el Rastro sino en el patio de la Casa de la Tercia, lugar de las nuevas dependencias de la Biblioteca Municipal. Se aprueba la idea y se informa de que ya hay recaudadas más de 200.000 pesetas para el monumento. Pero hay que llegar hasta las 800.000 que cuesta realizar en bronce el busto de Juan Pasquau, y a comienzos de 1984 se manda al escultor un adelanto de 225.000 pesetas. No cesa en sus trabajos y desvelos la Comisión –rifas, donaciones...– y el 29 de diciembre, en el Teatro Ideal Cinema, se representa la obra “Úbeda, dama de sueños”, de Molina Navarrete: 35.000 pesetas más para la cuenta del monumento. Y así, poco a poco, la sociedad ubetense supo estar a la altura de las circunstancias y de la memoria de Pasquau y se recaudaron 833.500 pesetas, que dieron para pagarle a Vasallo y para costear la humilde peana de piedra que debía sostener el busto. Seguramente a los patrocinadores del monumento les habría gustado completar tan extraordinario busto con unos mejores complementos, pero el dinero no dio para más y los políticos –tan pródigos en sugerencias y en actos en los que ser fotografiados– no aflojaron el presupuesto municipal.

El caso es que el 8 de septiembre de 1986, festividad de la Virgen de Guadalupe, se inauguró el monumento de Pasquau en la Casa de la Tercia, lugar poco apropiado, por poco visible. Asistieron su familia y sus amigos y su Cofradía y la Comisión Pro-Monumento... y la Corporación Municipal y el Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía. Hubo, supongo, discursos e himnos y recuerdos sinceros y alguna lágrima. Luego, cuando la Biblioteca se trasladó al Hospital de Santiago, el busto de Pasquau fue detrás de su Biblioteca y acabó aparcado en el Patio de la Virgen, a la espera de que algún día la sociedad civil de Úbeda –poco cabe esperar de sus corporaciones municipales– resucite y retome el proyecto de terminar un monumento digno para Juan Pasquau, en alguna calle o en alguna plaza del pueblo que tanto amó y que tanto le debe.

(Manuel Madrid Delgado)

(Publicado en IDEAL el 5 de junio de 2010)

viernes, 12 de marzo de 2010

HA MUERTO MIGUEL DELIBES



Esta madrugada ha muerto el escritor Miguel Delibes, uno de los más grandes hombres de letras de la historia de la literatura en español. Comprometido con la realidad que le tocó vivir desde los valores del cristianismo y del centroizquierda, sus novelas y libros sobre caza o naturaleza, pasan al patrimonio del español como una de las obras más sólidas y hermosas. Su dominio del castellano duro y bello de su Castilla natal; la ternura que destilaba en sus libros para con los débiles, los humillados, los perseguidos; su pasión por la naturaleza; la firmeza de sus convicciones morales y la solidez de sus argumentos... todo ello lo convierte en ese hombre y escritor imprescindible que era desde hace muchos tiempos. En realidad, su muerte sobria y sin aparato no ha hecho más que acrecentar la dimensión de su figura.

Galardonado con los más altos premios de las letras en español, podemos afirmar que con la muerte de Miguel Delibes la literatura española cierra un ciclo de su historia: el de los grandes escritores de talla única y dimensión eterna que abriera la Generación del 98. A los admiradores de Delibes nos quedará el resquemos, eso sí, de que pese a sonar su nombre en muchas ocasiones para el Premio Nobel de Literatura nunca le fue concedido: siempre hubo un relumbrón social con poca sustancia literaria como Cela que se le adelantaba, siempre la necesidad de dárselo a alguna escritora o a algún escritor exótico para ser políticamente correctos... La imperecedera obra de Delibes y su monumental reconstrucción de un castellano limpio de aderezos, decantado con herencias lingüísticas de siglos ya casi desconocidas o desaparecidas, no fue mérito suficiente para la Academia Sueca. Eso, en esta hora del primer día sin Delibes, dice mucho de Don Miguel, que engrosa así la honrosa lista de grandes escritores a los que no se les concedió el Nobel de Literatura.

Desde este blog, los Amigos de la Biblioteca de Úbeda nos sumamos al dolor por la pérdida de este hombre bueno y decente, de este escritor inmenso.

viernes, 5 de marzo de 2010

LIBROS Y ESTADÍSTICAS




Hace poco el Observatorio de la Lectura y el Libro ha hecho públicos los datos estadísticos de las bibliotecas públicas españolas para el año 2007.

En el conjunto de España, 4.945 bibliotecas públicas dieron servicio a una población de cuarenta y seis millones de habitantes. Para ello destinaron a la adquisición de documentos para sus colecciones 59.392.803 €, lo que supuso el 16.47% de sus gastos corrientes. Con esos 59 millones de euros, adquirieron 5.204.711 documentos, de los que algo más de 4,1 millones fueron libros y folletos. Gracias a estas estadísticas sabemos también que cada biblioteca pública atendió a una media de 9.344 habitantes con una colección de 13.321 documentos.

Si en 2007 la Biblioteca Pública Municipal de Úbeda hubiese estado en la media nacional, ese año deberían haberse destinado a compras de libros 45.800 € con los que se podrían haber comprado 4.014 libros, folletos, etc., y su colección a disposición pública se habría situado en 50.200 documentos, habría recibido 71.200 visitas y realizado 41.296 préstamos. Por desgracia, y a falta de datos estadísticos sobre la Biblioteca “Juan Pasquau” para ese 2007 y, por supuesto, para los siguientes, nos tememos que la Biblioteca de Úbeda estuvo muy por debajo de la media en lo relativo a inversión en adquisición de documentos y ahí sigue ¿Sabremos alguna vez cuanto se gasta realmente el Ayuntamiento –de su presupuesto, del suyo, no de subvenciones– en comprar libros? Lo dudamos, pero aventuramos que la cantidad, en caso de existir, es exigua. En Úbeda, “Capital Cultural”, la cultura del libro, la cultura de la lectura, la única cultura potencialmente revolucionaria y transformadora, sigue siendo la gran ausente. Será porque es mejor que no hay quien entienda ni quien sepa. No sabemos cuánto se gasta el Ayuntamiento en libros, creemos que o nada o casi nada, pero la Biblioteca sigue siendo el servicio municipal con más usuarios. Moraleja: la gente quiere leer para entender y aprender, pero parece que los políticos no quieren que la gente lea ni mucho menos entienda.

miércoles, 3 de marzo de 2010

NUEVA SALA INFANTIL: QUE VEINTE AÑOS NO ES NADA





Los amantes del libro y de la literatura recibimos ayer una buena noticia: se ponía en funcionamiento la nueva sala de Biblioteca Infantil, “dentro” de la Biblioteca Pública “Juan Pasquau”. Se trata de un espacio situado en la sala que primero se utilizó como Museo de Semana Santa y posteriormente como Sala de Exposiciones “Esteban Jamete”. Desde que la Biblioteca se trasladó al Hospital de Santiago, hace veinte años, no se contaba con un espacio dedicado en exclusiva a los niños.

Acondicionada en los últimos días por el personal municipal de la Biblioteca y del Archivo (personal, justo es reconocerlo, verdaderamente ejemplar y nunca valorado ni reconocido) en ella los niños ubetenses tienen a su disposición más de 4.000 volúmenes, y varios puntos de lectura con sillas y mesas adaptadas a su edad. La Sala está dotada, igualmente, de un sistema de Internet inalámbrico, que permitirá a los chavales conectarse gratuitamente con sus portátiles, facilitándoles la realización de “los deberes”.

La Sala Infantil de la Biblioteca permanecerá abierta en horario de tarde, pero abrirá también por las mañanas para que aquellos padres y madres que lo deseen puedan acudir en esas horas a retirar libros para sus hijos o a dejar los que ya han leído.

Ésta es, sin duda, una buena noticia y los Amigos de la Biblioteca Pública y del Libro estamos satisfechos: es el primer fruto de aquel Manifiesto firmado hace casi dos años. Y es que en ese momento demostramos que los ciudadanos, cuando nos unimos y apostamos con coraje cívico por la defensa de los elementos esenciales de una sociedad democrática –y la cultura del libro lo es, en grado sumo– podemos arrancarle a los políticos siquiera unas migajas. Esta Sala Infantil no es una migaja, sino una gran conquista de los ciudadanos ubetenses para su futuro y sobre todo para el futuro de sus hijos. Por eso, con el deseo de que pronto esta nueva Sala sea la punta de lanza de una nueva “cultura del libro” en Úbeda, muchas gracias a Ramón, a Diego, a Pepa, a Juan... y por supuesto a todos esos ciudadanos anónimos que han hecho posible que desde ayer los niños de Úbeda tengan un lugar en el que aprender a navegar por los espacios infinitos que se esconden en los libros.

viernes, 26 de febrero de 2010

PÉREZ REVERTE: ENTREVISTA IMPRESCINDIBLE




A punto de salir a las librerías su nueva novela, ambientada en el Cádiz asediado por las tropas napoleónicas, Pérez Reverte ha concedido a El Cultural de El Mundo una entrevista explosiva y cargada de verdades, o explosiva precisamente por estar cargada de verdades y razones. Dado el interés de la misma, remitimos a los lectores de este blog a que disfruten (o se encabronen) con las contundentes palabras de Arturo Pérez Reverte. Por nuestra parte, sólo podemos decir: CHAPÓ.

jueves, 25 de febrero de 2010

EL PUENTE DE ARIZA: R.I.P.



Cuando en la década de los 90 el Ministerio de Medio Ambiente decidió “crear” el pantano del Giribaile, muchos temieron por la supervivencia de una obra única en la historia de la arquitectura y la ingeniería española del siglo XVI. Y es que cuajó cierto temor a que el bellísimo Puente de Ariza desapareciera bajo las aguas del pantano. En 1997, el Ministerio se encargó de apagar esos miedos: se destinaban 800 millones de pesetas para desmontar el puente, piedra a piedra, y trasladarlo al entorno del Santuario de la Virgen de Guadalupe. El puente, parecía, se había salvado.

Pero ni el puente ni los jiennenses vimos los 800 millones prometidos y el puente sigue en su sitio. Seguramente otra música le habría sonado al puente del milagro de los espárragos si hubiese estado en la Andalucía Andalucía, pero el estar en Jaén lo ha condenado a muerte. Y es que hoy el aspecto es desolador: el mayor temporal que se recuerda en nuestra tierra, y que ya dura varios meses, ha llenado el hasta ahora casi seco pantano del Giribaile y el Puente de Ariza se encuentra, desde el 24 de febrero, completamente desaparecido bajo las aguas. Ya sólo hay que esperar a que las humedades hagan su trabajo y pudran la piedra para que dentro de dos, tres, cuatro años, cuando las aguas vuelvan a bajar, el puente se desmorone y de él sólo queden un montón de ruinas mientras todos los políticos de todos los colores (en realidad todos son iguales) miran para otro lado sin ni siquiera ponerse colorados.

El Puente de Ariza ha muerto. ¡Viva el Puente de Ariza!

(La fotografía, del día 14 de febrero, se ha obtenido en el foro ubedaenlared. A fecha de hoy el puente está totalmente sumergido.)

jueves, 11 de febrero de 2010

EL PREMIO DE JESÚS MAESO



El pasado 29 de enero los ubetenses amantes de la literatura recibían una grata noticia, de la que hemos tardado demasiado en hacernos eco en este blog. Y esa noticia es que el ubetense Jesús Maeso de la Torre, de sesenta y un años de edad, se alzaba con el II Premio Caja Granada de Novela Histórica, que se trata del premio español de este género dotado con mayor cantidad económica, nada más y nada menos que 180.000 euros.

La novela ganadora lleva por título La princesa de las brumas (aunque el autor está barajando cambiarlo, antes de la edición por Grijalbo, por el de La cúpula del mundo, más sonoro), y se desarrolla en 1255, en pleno reinado de Alfonso X “El Sabio”. Se trata de una novela de amor y de intrigas palaciegas, que tiene como trasfondo la pretensión del rey castellano de coronarse como Emperador del Sacro Imperio.

Personaje destacado es la princesa Cristina de Noruega, que además es la detonante de esta novela, ya que el ubetense ha contado que durante una visita a Covarrubias, visitando la tumba de Fernán González, pudo comprobar como un grupo de noruegos cantaban el himno nacional de su país delante de la tumba de la citada princesa.

Maeso de la Torre (que estudió Magisterio en la SA.FA. y que actualmente vive en Cádiz) entra, con este premio, en el privilegiado grupo de los autores consagrados, al que llega con una fecunda trayectoria como novelista histórico a sus espaldas. No en vano, muchos de sus títulos se han convertido en algunos de los más vendidos de la última década.

martes, 9 de febrero de 2010

POR LA LECTURA



Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir –eso dicen– a los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque: a) obtiene algo a cambio; b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

JOSÉ LUIS SAMPEDRO

(Revista IBIUT, núm. 165, Año XXIX, diciembre 2009)

martes, 2 de febrero de 2010

EL FONDO ROMERO DE TORRES



UN BALUARTE CONTRA LA DESTRUCCIÓN

El siglo XIX resultó catastrófico para el patrimonio histórico y artístico español, en general, y jiennense, en particular. La invasión de los franceses –primero–, la desamortización de Mendizábal –después– y un errático concepto de la modernidad contribuyeron a la destrucción y desaparición de cientos, miles de iglesias, conventos, ermitas y oratorios en todo el antiguo reino de Jaén, y al expolio, pérdida o expatriación de una cantidad incontable de retablos, imágenes, ornamentos o cuadros, algunos de ellos de valor incalculable. El caso es que con los ecos todavía vivos de la sacudida que supuso el Desastre del 98, en junio de 1900 el Ministerio de Fomento promulga un Real Decreto que dispone que se lleve a cabo “la catalogación completa y ordenada de las riquezas históricas o artísticas de la nación”. De esa voluntad conservacionista y rescatadora de nuestro patrimonio, nace el Fondo Fotográfico Romero de Torres, que acumula varios cientos de fotografías de grandísimo valor documental.

En la Biblioteca del Instituto de Estudios Giennenses se acumulan los libros, los legajos, los papeles de toda época. Y allí, escondidas en algún lugar casi insondable, como uno de los grandes tesoros de esa Biblioteca, se custodia una copia de las fotografías –las originales están en el Instituto Velásquez del CSIC, en Madrid– que en 1913 realizara por toda la provincia Enrique Romero de Torres, hermano del célebre pintor cordobés. En esas fotografías en blanco y negro, realizadas seguramente con una parsimonia y profesionalidad de artista y de investigador que hoy es muy difícil encontrar, encontramos casonas desaparecidas, viejos palacios que se tragó el desarrollismo franquista, iglesias arrasadas por el furor de 1936, cuadros o imágenes o cálices o custodias que perecieron en las llamas de la historia, plazas tan cambiadas que hoy a penas podemos reconocerlas y que en esas fotografías brillantes pese a tener casi un siglo nos devuelven una imagen romántica de nuestras ciudades, de una época en la que eran más pobres y posiblemente más sucias pero ciertamente más hermosas. Allí hay calles y edificios y obras de arte de muchos lugares de la provincia: las ruinas de Encina Hermosa de Alcalá la Real, la necrópolis ibérica de Torredelcampo, unas cuevas inexploradas de Bedmar o de Valdepeñas, el capitel árabe de una casa particular de Jaén, una talla de San José y el Niño de Los Villares, la vista del órgano y el coro de la Catedral baezana, una casulla bordada en sedas de colores en Begíjar o la custodia francesa de la antigua Colegiata de Úbeda… y así hasta más de setecientas fotografías.

EMPEÑO Y DIFICULTADES DE ROMERO DE TORRES

La disposición ministerial de 1900 establecía que el catálogo de una provincia no se realizara mientras no se hubiera terminado el de la anterior. Jaén tuvo que esperar hasta 1913 para ver cómo se acometía la empresa de fotografiar sus riquezas. Así, el 30 de enero de ese año una Orden ministerial le encomienda la tarea de catalogar el patrimonio de Jaén a Enrique Romero de Torres, que ya había realizado esa tarea en Cádiz y que era Director del Museo Provincial de Córdoba. Se le da un plazo de ocho meses para llevar a cabo su tarea, pero poco después una nueva Orden amplía el plazo hasta un año, que finalmente también resultaría insuficiente. El Ministerio pide a las autoridades de la provincia y a los ayuntamientos que faciliten la labor de su comisionado.

Romero de Torres era un hombre responsable y serio. Antes de llegar a nuestra tierra se prepara en la Biblioteca y el Archivo Histórico nacionales, y en las academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando. Luego, ya en Jaén, visita –si le dejan– los archivos municipales, notariales, parroquiales, conventuales… para bien documentarse acerca de la historia del pueblo en que se encuentra y de los bienes dignos de ser catalogados en cada lugar. Por desgracia, tan pródigo esfuerzo no fue siempre recompensado y entendido. Hasta octubre de 1913 no da el Obispado orden a sus curas de que faciliten el trabajo de Romero de Torres, permitiéndole visitar los templos y facilitándole las tareas “sacar copias fotográficas” de los retablos, cuadros o esculturas que en dichos templos existan. Y es en ese mismo mes cuando el gobernador civil da orden a los alcaldes de que “atiendan y presten los auxilios que necesite para el buen desempeño de su misión”. Y pese a todo, ni Ministerio, ni Obispado ni Gobierno Civil vencieron la resistencia y ciega visión de muchos curas y alcaldes y notarios, que torpedearon la tarea de Romero de Torres. Es paradigmático el caso de la propia Catedral de Jaén, donde los canónigos se niegan a que Romero pueda mover, a su costa, ningún cuadro u objeto litúrgico para realizar mejores fotografía. Y en otros municipios se encuentra permanentemente cerrados los templos que visita .

El desánimo debió cundir en el catalogador, que reconocería en su Memoria que doce meses era un plazo insuficiente para visitar los 135 pueblos de la provincia, a los que sumaba despoblados y ruinas dignos de ser catalogados. Hablaba del pésimo estado de las vías de comunicación, que le había impedido llegar a las zonas más apartadas de Jaén, como eran los partidos judiciales de Cazorla o Huelma. Relata las dificultades encontradas para fotografiar monumentos y joyas artísticas, pero agradece la consideración y colaboración de todas esas personas que sí se habían volcado con esta iniciativa –tal vez la iniciativa cultural más importante de toda la historia de Jaén– y, reconociendo la extraordinaria dimensión del patrimonio histórico y monumental de esta tierra, reconoce que su trabajo es necesariamente sucinto para de este modo haber podido abarcar más pueblos; y llega a decir que no ha podido “ni con mucho”, aproximarse al humilde propósito que tenía cuando inició su obra.

LA PUBLICACION PENDIENTE

Pese a todo el Catálogo Monumental de la Provincia de Jaén es una obra vastísima y valiosísima, tal vez única. Romero de Torres decía en 1915 que una parte considerable de la riqueza artística y arqueológica de la provincia estaba “ya deteriorada y a veces casi perdida, por el abandono del tiempo y de los hombres”. En julio de 1936 muchas de las obras de arte que él fotografió desaparecieron para siempre. Como para siempre desaparecieron, a partir de la década de los sesenta y hasta hoy mismo, muchos de los edificios singulares que fotografió el cordobés. Son sus fotografías las que nos permiten tener la certeza de que esos bienes maltratados y destruidos formaron parte de nuestro patrimonio. Ese es tal vez el singular valor de la obra de Romero de Torres.

Ese valor potentísimo fue apreciado ya en 1925 por Alfredo Cazabán –principal valedor de Romero y de su trabajo–, que pide al poder público que se interese por la publicación del Catálogo Monumental. La respuesta, como era de esperar, es el silencio. No decae el empeño de Cazabán, y en 1926 intenta que Romero de Torres retome su labor y finalice el catálogo. Su propuesta volvió a caer en el saco roto en el que permanece aún hoy, cuando el Fondo Romero de Torres sigue siendo un gran desconocido para la inmensa mayoría de los ciudadanos jiennenses. ¿Cuándo, las autoridades provinciales, acometerán la empresa de publicar ese monumental Catálogo y sus ricas fotografías, reconociendo así el mérito grande del inconcluso trabajo de Romero de Torres, acercando a todos nosotros una parte esencial de nuestra historia y culminando el sueño de ese jiennense inabarcable que fue Cazabán Laguna?

(Manuel Madrid Delgado. Ideal, 31 enero 2010)

(Fotogafía: Fondo Romero de Torres. Busto de Dolorosa, de Pedro de Mena. Palacio de los Marqueses de Bussianos, de Úbeda. Destruída en julio de 1936)

martes, 26 de enero de 2010

27 DE ENERO: RELEER A PRIMO LEVI




Se cumplen mañana 65 años que las tropas del Ejército Roja entraban en el campo de Auschwitz y lo “liberaban” de las garras del poder nazi. (Habría mucho que hablar, sin duda, del triste destino y del brutal trato que recibieron los prisioneros “liberados” por los comunistas rusos y los habitantes que pasaron del yugo hitleriano al yugo soviético, pero ese es otro tema.) En aquella vasta extensión donde la muerte campó a sus anchas, sin Dios y sin piedad, durante cientos de días, acumulando decenas de miles de cadáveres de hombres, mujeres y niños, los soldados rusos se encontraron a penas un puñado de enfermos moribundos o desgastados que los SS no tuvieron tiempo de asesinar, para que no quedasen testigos vivos del horror. Entre esos prisioneros que sobrevivieron estaba Primo Levi, autor de algunas de las más conmovedoras –y literariamente bellas– sobre la tragedia del pueblo judío.

Mañana se celebra el Día de la Memoria, para recordar a los seis millones de víctimas del Holocausto. Y hoy, en homenaje a Primo Levi, se inaugura en Turín, su ciudad natal, una exposición con textos inéditos y fotografías que recorren su etapa juvenil como partisano que luchó contra el fascismo. Seguramente muy pocos lectores de este blog tienen oportunidad de desplazarse a Turín para presenciar esta exposición dedicada a un hombre esencial para entender y juzgar el siglo XX, pero todos tenemos la oportunidad de aprovechar esta trágica conmemoración para volver a leer, para releer, las páginas poderosísimas de Si esto es un hombre o Los hundidos y los salvados, que son unas páginas que nos llenan de dudas y nos ayudan a ser mejores. Ayer la serie "CSI Nueva York" dedicó un magnífico capítulo a recordar el horror del Holocausto, honrando a las víctimas y mostrando su desprecio por los criminales de Hitler. El mejor homenaje que nosotros podemos rendir a esas incontables víctimas del mayor horror de la historia es volver a leer a Primo Levi, que no puede dejarnos indiferentes.

martes, 5 de enero de 2010

RECORDANDO A JUAN PASQUAU




Son muchos los mortales que quedan huérfanos a muy temprana edad, en esa edad en la que más precisan de la ayuda de su progenitor, faltándoles el apoyo, la protección, el consejo, la educación, el cariño... Faltándoles su consoladora y gratificante sombra.

Yo fui uno de los que formó parte de esa desgarradora orfandad paterna. Concretamente el 26 de septiembre de 1963.

Empero, a diferencia de aquellos que ya no encontrarían jamás la añorada presencia y figura del patriarca del hogar, del cabeza de familia, del padre querido, tuve la inmensa dicha de contar con la mano firme y extendida, con la palabra diáfana y erudita, con la sonrisa clara y amorosa, con el afecto sincero y profundo de uno de los hombres más íntegros, buenos, sencillos e inteligentes que Úbeda nos ha brindado en los anales de su historia: Juan Pasquau Guerrero. A quien, desde aquellos instantes, consideré como mi segundo padre.

Llevado de la estrecha amistad que le unía con la rama de los Castillo y de los Vico, se acordó de mi modesta y apesadumbrada persona para designarme como auxiliar suyo en la Biblioteca Pública Municipal, situada, por entonces, en el magno patio renacentista del Ayuntamiento ubetense.

Por hallarse tan ligado a mi familia, yo conocía su ejemplar trayectoria literaria de brillantísimo escritor.

Ejercía como Profesor en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (no le agradaba en absoluto lo de “SA.FA.” que –según su fino olfato– “huele a plástico o a abono sintético”), había colaborado, desde muy joven, con sólo dieciséis años, en los periódicos locales “La Provincia” y “Vida Nueva”. Después fueron numerosísimos sus artículos en “Jaén”, “Patria” e “Ideal” de Granada, “Madrid”, “Blanco y Negro” y “ABC”, donde fue considerado, en este último, como uno de sus mejores articulistas. Fue premiado en la VI y VII Fiesta de la Poesía local, por sus trabajos “Comentario a San Juan de la Cruz” y “Úbeda monumental y turística”. Asimismo fue galardonado en diversas localidades de la provincia, recibiendo el preciado y delicado “Olivo de Oro”. Ostentaba el cargo de Concejal y el de Archivero-Bibliotecario de nuestras Casas Consistoriales, Consejero del Instituto de Estudios Giennenses. En el año 1950 fue fundador y director, durante dieciocho años, de la enjundiosa, pulcra, elegante y prestigiosa revista “VBEDA”. En ella nos deleitábamos con sus excelentes trabajos que firmaba con “Juan Pasquau”, las iniciales “J.P.”, “P” y los seudónimos de “Anselmo de Esponera” y “Miguel H. Uribe”. Pregona, en 1958, nuestra Semana Santa y, en dicho año, sale a la luz su obra cumbre “Biografía de Úbeda”, la más importante de cuantas se han publicado sobre nuestra prócer ciudad, toda vez que, además del rigor en el dato y en la fecha, se encuentra adobada de una prosa filosófica, nostálgica, costumbrista, castiza, popular y chispeante que hacen las delicias del lector por su incomparable amenidad. Uno de sus primeros ejemplares pasó a poder de mis padres, con una dedicatoria que nunca olvidaré. Con anterioridad había publicado “Polvo iluminado” (1949) y, posteriormente, “El espíritu de la escuela” (1962).

(CONTINUARÁ...)

ANTONIO DEL CASTILLO VICO

lunes, 4 de enero de 2010

CINCUENTA AÑOS SIN CAMUS




Se cumplen hoy cincuenta años de la muerte en accidente de tráfico de uno de los hombres más grandes del siglo XX. Se trata de Albert Camus, fallecido el 4 de enero de 1960, en plena madurez personal y creativa.

Camus es un escritor íntegro, creador de un universo y una visión completamente personal e independiente que no renuncia a las contradicciones y las angustias para meter el dedo en la llaga del desarraigo del ser humano, tanto más absurdo cuando más poseído vive por las realidades de un mundo en el que todo es posible. Camus fue –es, sigue siendo– un escritor valiente y necesario, capaz de decir cosas que muy pocos se atrevieron a decir, capaz de someter a juicio sus propios prejuicios para intentar acercarse al mundo y verlo tal y como es y no como quieren hacérnoslo ver las ideologías. Y Camus es un hombre de inmensa dignidad, que no se avergonzó de su pasado humilde, de su pobreza, un hombre comprometido, solidario, que desde su soledad de exiliado del siglo vivió y sintió la ternura por los que nada tienen, por los desposeídos, por las víctimas de la historia.

Camus es, en definitiva, un escritor plenamente vigente al que siempre hay que volver y al que se le quiere rendir homenaje de admiración y respeto de este blog de la Biblioteca de Úbeda, porque sabemos que en muy pocos escritores el ser humano está tan dolorosamente vivo como en Albert Camus.

viernes, 1 de enero de 2010

FELIZ 2010



Habrá que prepararse para comenzar el nuevo año con talante sereno. A recorrerlo de manera que una impaciencia no ciegue la visión, no nos haga perder el norte. A ver y cosechar la mirada de cada instante, dejando para el instante siguiente la mirada siguiente. Se ve mejor el paisaje cuando se camina a pie. El tiempo también; también se ve mejor el tiempo cuando, poco a poco, lo transitamos mientras nos transita. Porque es eso: suelo móvil para nuestro movimiento. Y en acertar este juego de movimientos –el tiempo y cada uno– nos va la vida.

JUAN PASQUAU