Se cumplen mañana 65 años que las tropas del Ejército Roja entraban en el campo de Auschwitz y lo “liberaban” de las garras del poder nazi. (Habría mucho que hablar, sin duda, del triste destino y del brutal trato que recibieron los prisioneros “liberados” por los comunistas rusos y los habitantes que pasaron del yugo hitleriano al yugo soviético, pero ese es otro tema.) En aquella vasta extensión donde la muerte campó a sus anchas, sin Dios y sin piedad, durante cientos de días, acumulando decenas de miles de cadáveres de hombres, mujeres y niños, los soldados rusos se encontraron a penas un puñado de enfermos moribundos o desgastados que los SS no tuvieron tiempo de asesinar, para que no quedasen testigos vivos del horror. Entre esos prisioneros que sobrevivieron estaba Primo Levi, autor de algunas de las más conmovedoras –y literariamente bellas– sobre la tragedia del pueblo judío.
Mañana se celebra el Día de la Memoria, para recordar a los seis millones de víctimas del Holocausto. Y hoy, en homenaje a Primo Levi, se inaugura en Turín, su ciudad natal, una exposición con textos inéditos y fotografías que recorren su etapa juvenil como partisano que luchó contra el fascismo. Seguramente muy pocos lectores de este blog tienen oportunidad de desplazarse a Turín para presenciar esta exposición dedicada a un hombre esencial para entender y juzgar el siglo XX, pero todos tenemos la oportunidad de aprovechar esta trágica conmemoración para volver a leer, para releer, las páginas poderosísimas de Si esto es un hombre o Los hundidos y los salvados, que son unas páginas que nos llenan de dudas y nos ayudan a ser mejores. Ayer la serie "CSI Nueva York" dedicó un magnífico capítulo a recordar el horror del Holocausto, honrando a las víctimas y mostrando su desprecio por los criminales de Hitler. El mejor homenaje que nosotros podemos rendir a esas incontables víctimas del mayor horror de la historia es volver a leer a Primo Levi, que no puede dejarnos indiferentes.
1 comentario:
No se si hasta el extremo de llegar a ser mejores, la lectura de Primo Levi nos muestra el miedo a ser peor, a ser nada. A mi me infundió un profundo amor por lo que soy y por lo que tengo, y un miedo terrible ante lo que creo que no soy y lo que me pueden llegar a quitar. Recomendable no es su lectura, es obligada.
Saludos.
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